ChatGPT cambia la trama de mi novela
Cómo 10 minutos charlando con la IA me sirvieron para cerrar la trama y darle otra dimensión increíble a mi historia 24 cajas.
Hola a todos: vengo a contaros cómo me ha explotado la cabeza 🤯 chateando sobre la trama de mi novela con la “revolución del momento”: chatGPT.
Antes de nada ¿Qué es chatGPT?
ChatGPT es un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI que se centra en la usabilidad y el diálogo. Pero lo interesante es que está diseñado para interactuar con humanos de manera muy natural.
El chatbot se creó desde cero para ser lo más natural posible al hablar con las personas en lo que se denomina estilo conversacional.
El formato de diálogo permite que ChatGPT responda preguntas de seguimiento, admita errores, cuestione premisas incorrectas y rechace solicitudes inapropiadas. Imita los patrones del habla y es capaz de recordar lo que hemos dicho en la misma conversación, añadiendo contexto para dar información precisa y oportuna.
La conversación con la máquina
Debo deciros que es una sensación súper extraña: sabes que estás chateando con una máquina, pero tiene respuestas tan naturales, que te patina la cabeza. Dudas.
Creo que si pusieran una interfaz de Whatsapp y me dijeran “habla con mi amigo Pedro, que sabe mucho de lo que necesitas”, yo iría a preguntarle mis dudas y pensaría que estoy hablando con un humano. Prometido. Para mí, esta experiencia ha superado el Test de Turing.
Cómo me ayudó chatGPT con la trama
Tras hacer un par de preguntas sencillas y ver la calidad de las respuestas, me dispuse a hacer la prueba interesante: le pedí a chatGPT si podría ayudarme a darle un buen final a la historia 24 cajas que estoy escribiendo:
Como chatGPT parecía dispuesto a ayudarme, le puse un par de párrafos sobre el inicio de la historia.
Nota: he ofuscado las partes delicadas de la trama en las imágenes.
Puedes seguir leyendo todo este artículo, sin miedo a que te destripe la historia.
En seguida me di cuenta de que la IA había entendido el tema a la perfección, porque me lanzó preguntas muy relevantes:
Ahora sí que me apetecía compartir la trama completa con chatGPT, ¡me había enganchado! ¡Mi teclado echaba humo!
Así que es lo que hice: le escribí la sinopsis completa de la historia, incluyendo el final que yo tenía previsto:
Las dos recomendaciones que me dio me encantaron: una de ellas para enriquecer el final y otra para hacer aún más dramático uno de los giros de guión 😉
Siento que no se siga muy bien el hilo de la conversación en las imágenes, pero es que chatGPT y yo estábamos hablando de partes muy delicadas de la historia, que no os quiero destripar.
Pero entonces le dije que había un problema con el protagonista, que aún no sabía cómo resolver. Una pieza clave para entender sus motivaciones.
La respuesta de chatGPT fue brutal: me dio dos alternativas totalmente válidas para elegir. Me dio DOS SOLUCIONES al problema que me bloqueaba en la trama:
La verdad es que ese rato charlando con una máquina me ayudó más con la historia que horas de trabajo durante las semanas anteriores, intentando dar coherencia a la trama.
De verdad: tuve la sensación de haber estado hablando con un experto en narrativa de ficción. ¿Quizás lo estuve haciendo? ¿Era esto realmente una máquina?
A la mañana siguiente…
A la mañana siguiente decidí ir un paso más allá: ¿Y si le pedía a chatGPT que me escribiera un fragmento de la historia?
Volví a repasar con ella (la IA, femenino, digo yo… 😆) el final de la historia y le pregunté directamente si me ayudaría a escribirla:
ChatGPR empezó a “vomitar” líneas de texto, descripciones y diálogos a velocidad de locos. Y me encantaba su estilo de escritura.
¡Me estaba escribiendo una historia estupenda!
De repente, la historia tomó un camino que NO me convencía. Se lo dije. Al momento, retrocedió y recondujo la historia siguiendo mis instrucciones:
Y siguió escribiendo incansable… hasta que completó la historia usando TODA la información que le había dado en la sinopsis. Y conectado todos los puntos de manera totalmente natural.
De repente me sentí con un poder casi comparable… con el de la Estrella de la Muerte. Podía crear o destruir mundos en un instante.
Podía cambiar el comportamiento de la gente, podía doblegar su voluntad con un único click, ayudado por mi fiel IA.
Tenía el poder de los grandes escritores de ficción, pero sin tener que emplear el enorme esfuerzo de escribir yo cada frase, cada palabra… cada escena.
Entonces, no os imagináis lo que pasó…
Se despertaron mis niños y me pidieron el desayuno, dando saltos a mi alrededor.
Era día festivo y les había prometido tortitas caseras con arándanos.
Apagué el ordenador. No sin antes despedirme de ella.
De mi IA. De mi compañera 😊
Continuará.